

En los últimos años la comunicación ha pasado a ser digital en más de un 80%. La informática y las nuevas tecnologías de la información (TIC) han dejado en un segundo plano a la comunicación convencional basada en cartas, folletos y anuncios en prensa, entre otros, a la par que nos han abierto la puerta a un mundo revolucionario, el digital.
Internet es el escaparate que nos comunica con el resto del planeta no solo a nivel personal, sino sobre todo a nivel profesional. Y este novedoso entorno se rige por reglas específicas que hacen necesario disponer de las herramientas y el conocimiento especializado para saber manejarse en él. Su correcto uso puede convertir a un desconocido en popular, y su uso inadecuado puede desprestigiar al más grande.
El éxito digital no consiste sólo en tener una web y perfiles en todas las redes sociales habidas y por haber. Se trata más bien de comunicar con calidad y de una manera constante a través de los distintos canales a nuestra disposición, de diseñar una estrategia Web 2.0 donde la información esté seleccionada y dirigida correctamente para lograr unos objetivos a corto, medio y largo plazo. Todas las marcas, sea cual sea su tamaño, necesitan una estrategia de comunicación y llevar a cabo una comunicación corporativa.
Y ahí es donde entramos en juego las consultoras de comunicación como ‘Manage Motor’.
La necesidad de una Agencia de Comunicación
Hay bastante confusión en cuanto a qué es la comunicación corporativa y cómo planificarla. En relación a lo primero, resumiendo, podemos decir que esta disciplina profesional es la que rige todos los mensajes que una empresa, organización o institución desea transmitir a los diferentes sujetos interesados en ella. Con respecto a la segunda, la estrategia de comunicación es la guía que encauza todo este torrente informativo…
Ante todo, es preciso llegar al cliente potencial de manera que éste no sólo conozca nuestros productos y servicios, sino que se interese activamente por ellos. Y para hacerlo correctamente, hay que saber qué contar y qué no, dónde y cómo hacerlo. Las posibilidades de lograrlo se amplifican en la vertiente digital, a la par que aumenta la complejidad de las acciones comunicativas y sobre, todo, su análisis y posterior evaluación. Sin lugar a dudas, el componente tecnológico implica también la necesidad de un conocimiento especializado y, sobre todo, profesional de una agencia de comunicación.